El amor es una flor demasiado preciosa para ser cortada...
La Asociación Internacional de Lesbianas y Gays ha denunciado hoy, junto a Amnistía Internacional, la nueva norma que debatirá el parlamento de Lituania. Esta nueva norma llamada “Ley de protección de menores contra el efecto perjudicial de la información pública” prohíbe la “información en las escuelas de la diversidad sexual", y criminaliza " la promoción de la homosexualidad”; que ellos entienden como “cualquier información no negativa respecto a la orientación sexual hacia personas del mismo sexo".
Y yo me pregunto: ¿En qué siglo estamos?
Lituania es, ya de por sí, uno de los países europeos más peligrosos para transexuales, gays y lesbianas, además, las autoridades no dejan organizar el “Día del orgullo gay” e incluso, con esta nueva norma, podría llevarse a cabo la prohibición de asociaciones, programas educativos o de lugares de encuentro.
¿ Acaso no les falta ir predicando levíticos como los siguientes?
"No te echarás con varón como con mujer, es abominación" (Levítico8:22). "Si alguno se juntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos, sobre ellos será su sangre" (Levítico 20:13).
Esta “descabellada” situación me recuerda a la historia llevada al cine hace poco: “Mi nombre es Harvey Milk”. Un hecho real en que nos cuentan como en 1977 (hace más de 30 años) un grupo de homosexuales liderado por el susodicho, luchó por defender los derechos de gays y lesbianas en San Francisco. ¿Acaso hemos rebobinado en el tiempo? ¿Para qué han servido tantos años de lucha si permitimos ahora que esta “norma” siga adelante?
Los homosexuales son personas y, al igual de los que no lo son, tienen las mismas obligaciones y los mismos derechos: No se les puede negar que hagan demostraciones de cariño en público, ni que se reúnan libremente, ni que hagan los famosos desfiles del día del orgullo gay.
La represión es cosa de la dictadura y en Lituania, miembro de la Unión Europea, deberían respetarse los mismos derechos y libertades que en el resto de los países que la forman. Espero sinceramente que la Unión Europea ponga el grito en el cielo y no permita la aprobación de esta absurda norma, deberíamos ayudarles a seguir el camino hacia el progreso.
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