La noche de los muertos vivientes, cada vez es más común celebrar esta fiesta que poco a poco se ha implantado en España, al igual que muchas de las costumbres de Estados Unidos.
Algunos niños pequeños van disfrazados de puerta en puerta pidiendo caramelos con la típica frase “truco o trato” pero lo que más se nota es la fiesta por la noche; calles llenas de gente, alcohol, incluso petardos; aunque si los hubieran pillado la multa estaba asegurada. (Solo están permitidos en fallas y durante unos días específicos.)
Esta es una noche para estar en la calle, nada de discotecas. En las distintas zonas de fiesta se reúne gente de todas las edades; unos disfrazados, otros no. Es una buena ocasión para reencontrarte con amigos a los que no veías en mucho tiempo o conocer a otros nuevos. Personalmente, cuando salgo no me gusta quedarme en un sitio fijo o con las mismas personas todo el rato, prefiero disiparme un poco.
Yo anoche estuve en el Barrio del Carmen; que, tanto en fallas como la noche de Halloween, esta “a parir”. Había calles por las que apenas se podía pasar y en otras había un olor intenso a pis difícil de soportar. Como decía mi prima – Aquí son todo putas y borrachos- y es que los disfraces de “puta temática”, (mariquita, leoparda, brujita, vampira, diabla, gata…: cada cual más cortos) son muy populares últimamente. Aún así el ambiente era espectacular y sin duda alguna, la de ayer fue una gran noche con mis amigas.
A mi también me encantó
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