Google, el buscador más grande del mundo, puede convertirse en un peligro para la intimidad de las personas o en una forma de controlarlas:
1. Google Alerts: Activas la opción poniendo el nombre de la persona o cosa de la que quieres saber algo y en cuanto su nombre aparece en una web, te llega un mail con la dirección de la página a la que te tienes que dirigir. Descubrí esta opción por una serie de televisión y no creía que pudiera ser cierta. Creedme, funciona. Tenía que probarlo.
1. Google Maps: Es útil para trazar recorridos entre dos puntos, averiguar la distancia a un sitio que te interese (7741km en mi caso), localizar restaurantes o lugares de ocio. Incluso puede ser curioso ver fotografías de las calles y moverte por ellas (me sorprendió mucho ver la misma puerta de mi casa hace ya tiempo). El límite llega cuando, a través de los móviles con GPS, este programa te permite localizar a cualquiera que utilice el servicio. Solo tienes que encender el dispositivo y buscar a la persona en cuestión. Una muestra es esa imagen sacada del móvil de un amigo donde se observa la posición de dos personas en un instante determinado.
¿Hasta dónde hemos llegado? y, ¿Hasta dónde llegaremos? Dentro de poco no se podrán decir mentirijillas piadosas cuando vayas a algún sitio al que quizá no debieras. Pero.. hecha la ley, hecha la trampa; ya encontraremos una manera de engañarlo. Y si no, todos con móviles prehistóricos!
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