Releyendo las poesías que nos enseñaban en segundo de Bachiller. Sólo pretendía eencontrar la de la niña de ojos verdes y trenzas doradas, pero conforme iba leyendo no podía parar y al final he acabado leyéndome todas las rimas en menos de media hora. De momento me quedo con estas tres; la primera porque me hace pensar en algo, la segunda porque se me podría dedicar a mí y la tercera porque a veces me siento así.
LIII
Cuando volvemos las fugaces horas
del pasado a evocar,
temblando brilla en sus pestañas negras
una lágrima pronta a resbalar.
Y al fin resbala y cae como gota
del rocío al pensar
que cual hoy por ayer, por hoy mañana
volveremos los dos a suspirar.
……………………………
XII
Porque son niña, tus ojos
verdes como el mar, te quejas;
verdes los tienen las náyades,
verdes los tuvo Minerva,
y verdes son las pupilas
de las hurís del profeta.
El verde es gala y ornato
del bosque en la primavera;
entre sus siete colores
brillante el Iris lo ostenta.
Las esmeraldas son verdes,
verde el color del que espera,
y las ondas del océano,
y el laurel de los poetas.
Es tu mejilla temprana
rosa de escarcha cubierta
en que el carmín de los pétalos
se ve a través de las perlas
Y, sin embargo,
sé que te quejas,
porque tus ojos
crees que la afean:
pues no lo creas;
que parecen tus pupilas,
húmedas, verdes e inquietas,
tempranas hojas de almendro,
que al soplo del aire tiemblan.
Es tu boca de rubíes
purpúrea granada abierta,
que en el estío convida
a apagar la sed en ella.
Y, sin embargo,
sé que te quejas,
porque tus ojos
crees que la afean:
pues, no lo creas
que parecen, si enojada
tus pupilas centellean,
las olas del mar que rompen
en las cantábricas peñas.
Es tu frente que corona
crespo el oro en ancha trenza,
nevada cumbre en que el día
su postrera luz refleja.
Y, sin embargo,
sé que te quejas,
porque tus ojos
crees que la afean:
pues, no lo creas
Que, entre las rubias pestañas,
junto a las sienes, semejan
broches de esmeralda y oro,
que un blanco armiño sujetan.
…………………………
VI
Espíritu sin nombre, indefinible esencia,
yo vivo con la vida, sin formas de la idea.
Yo nado en el vacío, del sol tiemblo en la hoguera
palpito entre las sombras y floto con las nieblas.
Yo soy el fleco de oro, de la lejana estrella,
yo soy de la alta luna, la luz tibia y serena.
Yo soy la ardiente nube, que en el ocaso ondea;
yo soy del astro errante, la luminosa estela.
Yo soy nieve en las cumbre, soy fuego en las arenas,
azul onda en los mares y espuma en las riberas.
En el laúd soy nota, perfume en la violeta,
fugas llama en las tumbas y en las ruinas hiedra.
Yo atrueno en el torrente y silbo en la centella
y ciego en el relámpago y rujo en la tormenta.
Yo río en los alcores´susurro en la alta hierba,
suspiro en la onda pura y lloro en la hoja seca.[…]
Yo, en fin, soy el espíritu, desconocida esencia,
perfume misterioso
de que es vaso el poeta.
………………………………..
Hay muchas más rimas preciosas sobre amores imposibles o pasajeros, poesías de amor, la conocida de las golondrinas… Podéis leerlas todas en: http://www.geocities.com/Paris/Metro/6244/becquer.html