Las características del temperamento ciclotímico' son las siguientes: El humor oscila fácilmente entre dos polos opuestos, de la tristeza y melancolía hasta la alegría y exaltación eufórica. En algunos casos se encuentran en estos tipos alegría, humor, vivacidad, calor afectivo, y en otros, tranquilidad, ausencia de pasión, depresión ligera, ternura.
Los ciclotímicos constituyen los abiertos: sienten la necesidad de expansionarse frecuentemente con confidencias; buscan la compañía de los demás, en los cuales encuentran uno de sus mayores alivios. Saben fundirse con el ambiente en el que viven, saben vibrar al unísono con el mismo, orientarse y adaptarse rápidamente. Dan vida a todas las cosas con el calor de su sentimiento y, en los momentos de euforia, se sienten arrastrados a sentimientos de afecto por todos. De este estado de ánimo surge su cordial sociabilidad.
El individuo ciclotímico es cordial, ameno y dispuesto siempre a comprender y soportar una broma. Es el tipo sincero, franco. Demuestra buen corazón. Hay algo en él cálido, afectuoso, pueril y confidencial en su trato. Difícilmente hace daño a los demás, aun cuando pueda aparecer como alborotador y violento. Explota fácilmente en cólera, pero con la misma rapidez desaparece sin conservar rencor alguno. En los estados de melancolía y de depresión se lamenta de no experimentar sentimientos afectuosos hacia los demás, de ser malo, frío, indiferente.
En las circunstancias difíciles y dolorosas, debidas a fuertes contrariedades o a graves desastres en los negocios, no se irrita, no se afana, no reacciona violentamente, como hace, por ejemplo, el esquizotímico, sino que se queda triste y en un estado de sufrimiento. Generalmente no se deja abatir, pero se queda ensimismado en su sufrimiento.
Los tipos ciclotímicos, ordinariamente, no suelen ser lógicos, rígidos o individuos de ideas preconcebidas y amantes de sus esquemas de vida y doctrina. Se adaptan fácilmente. Esta adaptabilidad proviene de su misma inestabilidad afectiva y sentimental.
Raramente se encuentra en ellos un fuerte sentimiento de amor propio y de vanidad. Tienen, en general, un sentido moderado de confianza en sí mismos, y difícilmente llegan a la exaltación o al fanatismo.
Están dotados de una gran capacidad de trabajo. Tienen grandes reservas de empuje, de audacia, de generosidad y de una notable habilidad para ponerse en relaciones sociales con los demás. Son tipos muy abiertos de mente, especialmente en el terreno de la práctica, y de una pronta intuición ante las situaciones.
Entre los ciclotímicos se encuentran los hombres prácticos, habilidosos, llenos de actividad, de dinamismo; citemos, por ejemplo, a los comerciantes, los empresarios, los realistas llenos de optimismo, los humoristas llenos de bondad y de indulgencia.
En algunos casos puede que sufran una especie de complejo de inferioridad, como consecuencia de un sentimiento de insuficiencia que sienten en relación con su trabajo intelectual.
Los tipos ciclotímicos corresponden, en líneas generales, a los tipos extrovertidos de Jung, abiertos hacia el exterior. Son los que con facilidad saben gozar de la vida y aman cuanto hay en ella de atractivo.
Kretschmer subdivide el grupo de los temperamentos ciclotímicos en tres subgrupos, basándose en la proporción de los estados humorales (llamada por él «proporción diatésica»), es decir, según que el temperamento se incline más hacia la alegría o a la tristeza y depresión. Estos temperamentos ciclotímicos son:
a) Los temperamentos hipomaníacos: Predomina en ellos una animación serena, un acentuado estado de euforia, un sentimiento elevado de confianza en sí mismo. Existe gran facilidad para encolerizarse. En el modo de obrar hay ímpetu, multiplicidad de ocupaciones, riqueza de ideas.
b) Temperamentos ciclotímicos sintónicos. Son individuos tranquilos, que fácilmente se dejan guiar por la razón, dotados de gran energía práctica, de un humor agradable.
c) Temperamentos depresivos. Son tranquilos y silenciosos, propensos a la melancolía y la depresión.
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