domingo, 20 de mayo de 2012

Eduardo

Podría despertarme todas las mañanas a tu lado, fundirme en tus brazos y observarte durante horas  mientras duermes.

Podría llenarte de besos y caricias; la cara, la espalda, los brazos… y quedarme todo el día entre risas, abrazos, mimos y luchas absurdas.  Sin ninguna noción del tiempo o sentido de la responsabilidad.

Mi casa está donde estás tú.

2 comentarios:

  1. sentimos algo parecido por un eduardo.

    no sé si había comentado anteriormente, pero te sigo desde hace unos meses. me gusta tu blog.

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  2. He visto que lo compartiste en uno de tus blogs, me alegro de que te gustara.

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